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Writer's pictureSamuel Delgado

Crea Porter un cachito de galaxia en el Benito Juárez



La banda de rock experimental Porter se presentó en el Auditorio Cívico Benito Juárez en un concierto mágico prácticamente sin pausas lleno de pasajes espirituales, psicodélicos, frenéticos y emotivos.


Faltaban poco menos de una hora para que abrieran las puertas del Auditorio Cívico Benito Juárez y ya se podía a ver a varios fanáticos “porterianos” guarecerse del viento fresco entre las jardineras del lugar, expectantes a que la seguridad les permitiera el acceso.


Unos minutos después de las 8:00 P.M. se dio la indicación de que la entrada al recinto estaba permitida, los asistentes formaron una larga fila que se extendió por varios metros sobre la calle Ignacio Ramírez donde las luces del Parque Borunda les alumbraban la espera, nunca se percataron cuando la banda pasó cerca de ellos en una camioneta blanca para ingresar al teatro.


Porter ha demostrado ser una de las agrupaciones más queridas de nuestro país, en cada plaza que tocan su éxito es más que probable, o al menos de eso nos pareció en el momento que se instaló una mesa de mercancía oficial con unas cuantas prendas y una veintena de discos.


Cuando los reporteros preguntamos el porqué de tan pequeña oferta en merch, nos respondieron que fue lo único que le quedó a la banda de su presentación un día antes en Chihuahua, Chihuahua. Dicho sea de paso, al terminar la noche únicamente faltaron por venderse tres discos.



Ya con el público en su lugar en los diferentes niveles del Benito Juárez, el reloj marcaba las 9:15 P.M. cánticos gregorianos anunciaron el arribo de los Porter al escenario, quienes soltaron de manera abrupta “Espiral”, la primera de una ráfaga de canciones ininterrumpidas conformada por “Murciélago”, “Rincón yucateco” y “La china”.


No hubo round de reconocimiento entre el público y la agrupación, ambas partes ya estaban listas y de inmediato entraron en sincronía, para la segunda pieza todo el mundo estaba de pie y así se quedó hasta el final.



Desde la parte más alta del lugar se podía ver como las pantallas de los celulares flotaban sobre la gradería y destellaban formando un “Cachito de galaxia” que orbitaba entorno al vocalista David Velasco, quien bailaba y recorría el escenario.



Las breves pausas de los músicos consistían en beber algo, hacer algunos ajustes y agradecer a los presentes por su eufórica recepción, nada más, tampoco era que la dinámica del recital lo necesitara.




Algunas presentes arruinaron su maquillaje cuando se entonó el “Himno eterno”, sus ojos humedecidos no pudieron contener las lágrimas, mientras otros se mordieron un labio para no dejar expuesta su falsa hombría, por unos minutos les chilló el alma. “La sombra del amor”, “Mundo extraño” y “Tzunami” le siguieron.



Las primeras notas de “Pájaros” aumentaron el ímpetu de una multitud que coreó a más no poder, además de nunca dejar de bailar y saltar con “Cuxillo” y “Mamita santa” en el reducido espacio delimitado por las butacas del Benito Juárez.


Pareciera contradictorio ubicar un concierto de rock psicodélico y experimental en un teatro, donde no se permite la venta de alcohol o el libre movimiento, esto nos hizo disfrutar de manera distinta el espectáculo donde el artista debe exprimir al máximo su capacidad entretener y sacar lo mejor de su repertorio.



Es en este ambiente donde se puede ver a una madre y su hijo pequeño compartir la experiencia con más tranquilidad y comodidad, en otra parte de las gradas, yacía sobre un escalón un perro lazarillo dormido plácidamente mientras su amo disfrutaba de la fiesta, escenas que difícilmente se podrían presentar en otro venue.



La procesión terminó con “Para ya”, “Huitzil” y “Xoloitzcuintle Chicloso” con la cual David pidió que alguna mujer de entre el público que supiera de cantar se subiera al escenario, una primera valiente trepó a la tarima, pero entre los nervios y el desconocimiento de la canción solo pudo acompañar en el baile al frontman, instantes después, una segunda cantante voluntaria entró en escena, con un poco de más tablas acompañó la canción sobre todo en los coros.



De esa forma Porter planeó decir adiós, pero, ante la respuesta e insistencia de la gente, añadieron al setlist “Palapa”, con la cual pondrían fin a su presentación.



Algunos “portereanos” lamentaron la falta de “Host of a ghost” o “Respuesta sensorial”, pero aún así fue una actuación que los dejó complacidos y satisfechos después de una gran noche.


Agradecemos a LOBIA por hacernos parte de este cachito de galaxia.


📝: @fabian_kraut

📷: @samxdelgado





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