“¡Esto es lucha!”: 10º Aniversario de Lucha Juárez

Por alguna razón, el sol decidió no perdonarnos ni en domingo. Ahí estábamos: decenas, tal vez centenas de locos bajo un cielo rajado por el calor, haciendo fila como si al otro lado nos esperara el paraíso... y sí: nos esperaba el infierno del ring.

Era el 10º aniversario de Lucha Juárez, y el Gimnasio Universitario —por primera vez sede de esta carnicería sagrada — estaba a punto de explotar. Afuera, la explanada se había transformado en un tianguis místico de máscaras, playeras, muñecos y gritos. Un templete rugía con música, mientras los más avispados cazaban los últimos boletos o se codeaban con las leyendas vivas: Lady Shani, Laredo Kid, La Parka y hasta el mismísimo L.A. Park —el luchador sorpresa que ya no era sorpresa para los que madrugaron— se tomaban fotos, vendían merch y sonreían como si no fueran a partirle el alma a alguien en unas horas.

Entrar al gimnasio fue como una bofetada de aire fresco. Literal. El bendito aire acondicionado hizo que la espera valiera la pena. Y ahí empezó todo.

PRIMERA CAÍDA:

Lady Shani, Kenshi y Súper Ángel se rifaron con Zafiro, Flayer Boy y Guerrero Escarlata Jr. Lucha en relevos, sí, pero no cualquier lucha: aquí las damas encendieron la lona y el público pidió otro round. La tensión entre Shani y Zafiro dejó claro que esto apenas es el prólogo de una guerra, que tendrá su siguiente capítulo el 16 de noviembre. Apúntenlo. Porque esto no acaba aquí.

SEGUNDA CAÍDA:

Match relámpago. Kempo Jr. contra... ¿quién? Nadie lo esperaba. ¡Juventud Guerrera! Sí, “Juvi”, “Lalo” pa' los compas, volvió a esta frontera y lo hizo con todo. La lucha fue breve, intensa y honesta. El público respondió como se debe: aventando billetes, monedas, amor. Kempo Jr. reconoció la derrota con dignidad y “Juvi” lo agradeció como solo se hace cuando sabes que estuviste en el lugar correcto, con la gente correcta. En sus redes prometió volver. Y ya lo estamos esperando.

TERCERA CAÍDA — LUCHA DE LA NOCHE:

Laredo Kid, Aerostar, La Parka (una nueva versión que se rifó) y Rey Astral contra Hijo del Dr. Wagner, Takuma, Kento y Aéreo. No hubo respiro. Vuelos, madrizas, drama, escupitajos y catorrazos entre las butacas. Takuma se llevó unas buenas y de paso mojó al respetable. El equipo técnico sufrió, los fans vibraron, y el equipo técnico volvió a sufrir. Ganaron los buenos —Laredo, Aero, Parka y Astral— pero todos salimos ganando. Mención especial para La Parka, que se llevó las palmas de la noche.

PENÚLTIMA — SANGRE Y GLORIA:

NGD Sanson y Forastero contra dos gigantes: Alberto “El Patrón” del Río y el legendario L.A. Park. Desde su entrada, Park ya tenía ganado al público. Se hincó, agradeció, y luego se fue directo al infierno. La lucha fue una sinfonía de madrazos sin misericordia. L.A. Park terminó bañado en sangre, un Jackson Pollock carmesí estampado sobre la lona. El grito fue unánime: “¡Esto es lucha!”. Se ganaron la ovación y se llevaron la victoria.

GRAN FINAL — LA BATALLA POR JUÁREZ:

Pagano, el ídolo local, defendía el honor y el campeonato Indomable JRZ ante Pierroth Jr. No llegaron al ring. Pierroth se lo echó encima con un vuelo suicida que arrasó hasta con camaras de los compañeros de prensa. La guerra fue total. Sillas, pasillos, cámaras y gradas fueron testigos del caos. Sangre. Más sangre. Pagano destruyó la máscara de Pierroth y lo noqueó para coronarse. El gimnasio explotó. Y cuando parecía que ya no quedaba nada por dar, Pagano agarró el micro y cantó “Noa Noa” como Juan Gabriel reencarnado en payaso hardcore. Todo el gimnasio cantó con él. Juárez, esa noche, fue una fiesta.

Así cerró la noche. Una noche que no se olvida. Una noche en la que la lucha libre volvió a ser eso que nos atraviesa, nos sangra y nos une. Felicidades a Lucha Juárez por 10 años de pasión, locura y resistencia. Gracias por la invitación. Que vengan otros diez y muchos más.

¡Nos vemos en la siguiente caída!

📝📷: @samxdelgado