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La bande-son imaginaire embrujó el Anexo Centenario

Writer: Fabián RamírezFabián Ramírez

Updated: Jul 18, 2024


Una tercia de almas perdidas recorrió las calles oscuras y cálidas de Ciudad Juárez para presentar una obra de teatro lúgubre y paranormal, pero a la vez eufórica y frenética que hizo retumbar la tarima del Anexo Centenario.


Se trata de La bande-son imaginaire, agrupación que mezcla elementos del folclor mexicano, con sonidos darkwave, que por si no fuera poco cantan en francés, aunque son originarios de Oaxaca de Juárez, Oaxaca.


PREVIA


La banda juarense de postpunk, Altamar, se encargó de abrir el telón para mostrar su propuesta melancólica con la que hipnotizó a los cuerpos de los presentes que comenzaban a buscar un lugar frente al escenario.



Esta dupla supo contener a un público ansioso, apenas con un bajo, un par teclados y secuencias.


FANTASMAS, VIOLINES Y DARKWAVE



Las once en punto y La bande-son imaginaire se apoderó del entarimado del Bar Anexo Centenario, poseyéndolo durante el resto de la noche.



Los tres espectros comenzaron su obra con melodías densas, oscuras y pegadizas, acompañadas de un violín desgarrador, mientras la voz de Óscar Tanat recitaba los primeros versos de “Macabre”.



El recinto lució repleto de ánimas en pena y curiosos expectantes por ver uno de los actos más vanguardistas de la escena alternativa de este país, que tomó una fuerza descomunal desde que su presentación en el Vive Latino 2024 se volvió viral, aunque ya llevan varios años de camino recorrido.



Los beats pesados y las cuerdas del violín embrujaron a la muchedumbre que no dejaban de bailar y repetir frases del vocalista de la banda en “Magnétique”.



“Laisse-mo faire” sonaba a través de los parlantes y el suelo retumbaba con los brincos endemoniados del público, aquello era una fiesta sombría, donde las almas en pena festejaban su dolor y se regodeaban de las desgracias propias y ajenas mientras bebían una cerveza (y se fumaban un churro a escondidas).



Llegó el turno de “Chez Toi” y la tercia de apariciones se enfundó en túnicas y máscaras blancas para interpretar una coreografía inquietante, pero cautivadora, tal vez pocos entendimos lo que pasaba, pero no había mucho que razonar, solo se tenía que ceder ante el violín, los beats y las tres siluetas blancas que parecían flotar sobre el suelo. 



Un par de piezas más entre ellas “Mexican Wave” cerrarían la cortina a una de las presentaciones más extrañas, pero no por ello menos épicas que ha visto estás tierras.



Un acto plagado de referencias al cine de antaño, a las leyendas de la tradición oral, pero también a lo que se hace en cuanto a producción musical del otro lado del océano atlántico.



Agradecemos a Show´n go y a Anexo Centenario por hacernos parte de esta sesión de espiritismo y música electrónica.


📝 @fabian_kraut

📷: @samxdelgado



 
 
 

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