
La noche caía y el viento comenzaba a resoplar, como si una tormenta se aproximara. El Auditorio Benito Juárez, testigo de tantas historias, se preparaba para recibir a la marea negra de fanáticos de Soen. Era la tercera fecha en México de su "Memorial Tour 2025", que los llevará por ocho ciudades de la república. La expectativa flotaba en el aire como el eco de un riff lejano.
Entre el público estaban los devotos enfundados en la playera oficial, los encuerados (osea, vestidos de cuero, no piensen mal), y los godínez que, con la corbata apenas aflojada, habían escapado de la oficina directo al venue. En los baños, un par de sedientos guerreros abrían clandestinamente latas de cerveza, evitando a la seguridad con la destreza de un ninja borracho. El ritual previo al concierto estaba en marcha.

A las 9:00 p.m. en punto, los suecos aparecieron en escena y el público, que hasta hace un segundo parecía civilizado en sus butacas, se puso de pie en una ovación que retumbó por todo el recinto. Como si una deidad nórdica hubiera descendido del Valhalla, Soen iniciaba la noche con "Sincere", de su más reciente producción, Memorial.
El escenario se iluminó con un show de luces espectacular, el sonido golpeaba el pecho como un trueno en el desierto, de las mejores producciones que este servidor ha presenciado en el Benito Juárez. Joel Ekelöf (voz), Martin López (batería), Lars Enok (teclado, guitarra, percusión), Cody Lee Ford (guitarra) y el recién reincorporado Stefan Stenberg en el bajo, entregaban su arte con precisión quirúrgica. La audiencia, aunque no masiva, hacía más ruido que una multitud europea, algo que la banda reconocería después.

El viaje sonoro continuó con "Martyrs", "Lascivious" y "Vitals", mientras los juarenses coreaban cada verso, cada acorde, cada solo. Lars Enok, ese vikingo multiinstrumentalista, dominaba guitarra, piano y percusión con una facilidad insultante. En un punto de la noche, se acercó al público y dejó que un afortunado fan le ayudara a tocar un par de acordes, ante la aprobación de los que vimos el épico momento.

Cuando "Modesty" y "Lotus" marcaron lo que parecía el final, todos sabíamos que faltaba más. La gente no dejó de corear el infalible "Olé, olé, olé, olé, Soen, Soen!". Los suecos regresaron con sonrisas de oreja a oreja, y Joel, emocionado, exclamó: "¡Ustedes, mexicanos, sí que pueden cantar! Suenan más fuerte que 1,500 europeos juntos".
El clímax llegó con "Antagonist", con el público cantando "Dale, dale, Soen!" al ritmo de la banda, seguido por "Violence", que cerró la noche en un estallido de furia y catarsis musical. Soen se fue dejando tras de sí un público extasiado y un recuerdo imborrable de una noche poderosa.

¿Los volveremos a ver? Quién sabe. Pero si queremos más noches como esta, toca seguir apoyando para que bandas de tal magnitud pongan sus ojos en nuestra lejana frontera.

Agradecemos a ACK Promote por las facilidades. ¡Hasta la próxima tormenta de riffs y emoción!
📷: @samxdelgado
Comments