Fármacos regresa a Juárez con una dosis de pop íntimo y bailable en el Anexo Centenario
- Fabián Ramírez
- Oct 13
- 3 min read

Fármacos, proyecto creado y dirigido por el músico y compositor chileno, Diego Ridolfi, regresó a Ciudad Juárez después de dos largas vueltas al sol. En esta ocasión, custodiado por bajo y batería para complacer a sus fieles seguidores que lo acompañaron en una fresca noche de viernes otoñal.
De nueva cuenta, el recinto que recibió la fuerte dosis de pop alternativo plagado de pasajes suaves y tintes electrónicos fue el Anexo Centenario, catedral fronteriza del rock y propuestas adyacentes y disruptivas.
Poco antes de las 21:00 horas, los farmacodependientes comenzaron a poblar el lugar. Como es costumbre, buscaron un buen lugar frente al escenario o, por el contrario, una mesa para observar el escenario en el cual las bandas teloneras colocaban sus instrumentos para dar arranque a las amenidades.
Sake Bombs

La noche comenzó con el coctel explosivo de los Sake Bombs, quienes se presentaban ante sociedad para muchos de nosotros. Con un par de covers y piezas propias, dieron la batalla a un público que, si bien no era indiferente, trataba de aclimatarse para el acto principal.
Sin embargo, la energía de su vocalista, custodiada por sus compañeros, lograron sacudir un par de cabezas, dando un buen sabor de boca en su presentación, que lejos de un par de altibajos, lograron obtener el reconocimiento del respetable.
Médanos

El programa nocturno prosiguió con Médanos, ampliamente conocidos en la escena local, quienes poco a poco se han hecho de un sonido sólido y fresco con temas como “Nada” o “Carmesí”.
Los nacidos en el invierno del ’21 siguen convenciendo y reclamando la estafeta de las bandas insignias de Ciudad Juárez, ya sea interpretando un cover de Ariel Camacho o rifándose con composiciones propias como “Cartas”.
Dos años después, su público sigue enganchado

Poco antes de la medianoche, Diego (mejor dicho, Fármacos) saltó al escenario ante sus impacientes seguidores, quienes se aferraron al filo del templete para poder ver más de cerca al intérprete chileno. Él, sin mucho miramiento, soltó “Mi nombre”, “De tú y de mí” y “Once” para inmediatamente provocar el júbilo del respetable.

Prontamente, las melodías dulces y apacibles tomaron el lugar por asalto. Las luces celestes pegaban duro sobre los músicos, quienes con sus instrumentos adormecían bajo un lienzo de complicidad a la multitud.
“Belleza”, “Tú detrás de todo” y “Oler a ti” daban muestra del romanticismo, nostalgia y desamor del que están impregnadas las composiciones de Ridolfi, quien sabe colocar lapsos bailables y melosos por igual en sus canciones.
En el público se podía ver a varias fanáticas que no pararon de corear las canciones de Fármacos (incluso, las que no eran tan conocidas). Paralelamente, las tonadas dulces eran aprovechadas por las parejas, quienes escogían los versos y los coros para darse un beso.

“Amor y porno” fue una de las piezas más celebradas. Las luces del lugar hacía rato que cambiaron a un tono carmesí, lo que terminó por dar un aura de seducción al Anexo Centenario, que fue coronada con “Fuiste” y “Siempre tú”.

Entre pausas, Diego no paraba de recibir los halagos y peticiones del público, mientras en cada canción aprovechaba para bailar y deambular sobre el escenario, a la vez que también lanzaba una que otra broma a la fanaticada.

El frontman agradecía en cada oportunidad a los presentes y recordó la tocada de hace dos años, cuando, a nivel de suelo y protegido por una valla de contención, afrontó el espectáculo solo con su guitarra y una caja de ritmos.
Ahora, acompañado por un bajista y un baterista, Diego pudo tomar plenamente la guitarra y demostrar por qué también es un excelente músico.
“Cuando quieras”, “Que nunca pare” y “Nos estamos destruyendo” daban advertencia del final del recorrido por la discografía de Fármacos. Apenas en 2024 se estrenó su álbum Cuarto que da continuidad a tan ambicioso proyecto.
Luego de sacudir un poco la polilla con los temas más bailables de la noche, el tan indeseado final del espectáculo se hacía sentir con una tercia de canciones exigidas por el público. “Lento”, “Quiero conocer tu mundo” y “Manual de una pérdida” daban el cierre del telón a una noche íntima, romántica y sumamente personal.

Hace dos años, el público juarense tuvo la primera dosificación de la propuesta del chileno, la cual incluye extractos de amor, desamor, promesas cumplidas y corazones rotos. Esa noche, los fronterizos tuvieron el refrendo de tal compuesto que hace sentir bien al corazón, aunque quizá lo haga de más como efecto secundario.Concierto no apto para tibios, mujeres embarazadas o enfermos del corazón.
Agradecemos a Show'n Go por compartirnos un poco de Fármacos.
📷: @samxdelgado






































